Datos personales

Mi foto
Si quieres que algo llegue dentro, sólo tienes que buscar la forma de que los demás entiendan lo que sientes, de que vean como te hundes, vuelas o te alegras. Cierra los ojos, inspira, piensa qué sientes, expira, ábrelos. ¿Qué es lo que ves? Exacto, ahora solo tienes que expresarlo sobre el papel.

domingo, 27 de febrero de 2011

Era de día, aún no se había despertado. Un rayo de sol se coló en la habitación a través de las cortinas, posándose en su piel de porcelana.
Abrió los ojos lentamente y se estiró lo más que pudo.
Era el día, el último día de su libertad. Al día siguiente estaría atada para siempre. Otra cualquiera estaría feliz de pasar el resto de su vida con una misma persona, pero ella ni siquiera conocía al hombre con el que la habían prometido, puesto que no lo había elegido, lo habían elegido para ella.
La idea de casarse con un desconocido le ponía de los nervios, no quería perder su liberad así como así, de un día para otro. Y menos con alguien del que solo sabía su nombre y su edad, no conocía su rostro, ni su personalidad, ni nada de las cosas que podrían tener en común.
Pero no le quedaba otro remedio, no podía escaparse por más que quisiera, ya que no podía permitirse decepcionar a sus padres, que lo habían dado todo por ella y porque tuviera todo lo necesario.
Estas ideas le iban y venían en la cabeza y no sabía por qué ahora, por qué en este momento. Quizás era el miedo de pertenecer a alguien, de que la posean y de no poder volver a decidir por ella misma. 
Porque para Ali, eso era el matrimonio. 
Una prisión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario